Realizar laberintos suele ser visto como un pasatiempo pero sus beneficios van más allá. También sirven para detectar la rapidez y precisión de un aprendizaje y el desarrollo de la memoria y de la motricidad. Además, resolver laberintos potencia la visión espacial. Se recomienda proponer al niño que primero recorra el laberinto con sus dedos y, una vez que lo haya logrado, intente resolverlo utilizando el lápiz. Por último, puede colorear el camino. Y los dibujos adicionales.